La industria de los videojuegos, le pese a quien le pese, ha revolucionado al mundo, se ha establecido en la sociedad siendo en ciertos casos, un estilo de vida. Se ha creado un universo basado en los anuncios, las puntuaciones, críticas, gameplays.
Cada juego lucha por cumplir una meta, ya sea ofrecer la mayor diversión posible, unos gráficos fotorrealistas o propuestas pensadas para romper las normas establecidas. Sin embargo, no todos consiguen lo que yo llamo 'El Prestigio'...
Un videojuego puede conseguir la perfección a nivel técnico o jugable y, aún así, no conseguir lo que acabo de mencionar.
Bien, ¿a qué me refiero con eso?
'El Prestigio' es una sensación, un sentimiento, algo intangible, algo difícil de describir.
Pongamos un ejemplo...
Un faro te acaba de catapultar a una ciudad aérea. Columbia te recibe con los brazos abiertos en forma de música y tú... tú eres parte de ese escenario. No tienes que explorarlo, quieres hacerlo.
Atraviesas galerías repletas de fuentes y deseas que eso no termine nunca, sin embargo, cuando lo hace te introduces en unos jardines que parecen infravalorar lo que has visto previamente. Lo mismo que harás tú cuando accedas a la siguiente zona y veas qué es realmente esa ciudad.
Es en ese momento cuando te embarga esa sensación, ese 'Prestigio'. Lo que estás viendo es para ti, querrías mantenerlo en secreto y compartirlo al mismo tiempo. Sabes que no lo vas a olvidar.
'El Prestigio' es una recompensa. Pero no una recompensa al esfuerzo, es una recompensa para tu alma, un regalo que recordarás con brillo en los ojos. Un regalo que almacenarás en tu memoria junto a tu adquisición de la Espada Maestra en el Templo del Tiempo o tal vez junto al recuerdo de encarar directamente a un segador para salvar tu planeta.
Es un presente que no recibimos a menudo y por eso adquiere mucho más valor.
Es un abrazo que nos hace soñar con la llegada del siguiente.
'El Prestigio' es la meta.
.jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario